martes, 11 de junio de 2013

La madreselva de la puerta, un hogar para la familia de verderones

madreselva
Cuando pensamos qué poner junto a la valla de nuestra casa elegimos poner plantas trepadoras que dieran cobijo a animalillos variados de los que viven por el barrio, sobre todo a pajaros. Me gusta mucho su canto, su colorido, y observarlos de cerca, pero siempre me ha dado pena verlos enjaulados, quizá más que a otros animales por aquello de que volar, para mí siempre ha simbolizado la libertad y una jaula, justo lo contrario, la cárcel.

hiedra

Así que las madreselvas y hiedras eran una buena opción, pues la primera tiene unas bonitas flores, de aroma delicado que te dan la bienvenida al entrar, y las segundas crean una tupida sombra y en invierno sus frutos, ricos en aceites, ayudan a pasar el invierno a las aves que aquí se quedan. Las pusimos intercaladas, imitando la variedad de la naturaleza.

Después de seis años sin novedades, que nosotros percibiéramos, este lluvioso mayo vemos que, junto a la puerta de entrada, en el interior de la madreselva, a unos dos metros del suelo, justo en el punto más alto, había un nido. Una carita de pico bastante grueso se asomabapor encima del nido mientras incubaba. Casi no lo abandonaba, callendole la lluvia un día sí y otro también. Con precaución, siempre sin tocar el nido, manteniendo una distancia y aprovechando la puerta para obtener una visión más elevada, pude ver a la hembra del verderón, de colores más pardos.
 Otro día Luna, respentado siempre el no tocar, y lo más lejos posible, aprovechando la ausencia de los padres, vio los 5 huevitos de apenas 2cm de largo que estaban incubando.

macho de verderón común
(Carduelis chloris)
Antonio, el vecino de la huerta de abajo, gran amante de las aves, puso palabras a lo que más nos sorprendía de este hecho y me dijo:"fíjate tú, teniendo toda la valla con vegetación para hacer el nido, justo lo hace aquí al lado de la puerta".

El proceso a seguido su marcha y, un buen día, dejamos de ver a los padres en el nido tanto tiempo yera porque los pollitos acababan de nacer y estaban buscándoles semillas e insectos con los que fabrican una papilla que regurgitan para alimentarles. Una semana después, hemos fotografiado a esta familia numerosa y hemos comprobado con alegría que los cinco huevos han prosperado y se han convertido en cinco estupendos pollitos.

Con esta primavera tan lluviosa y, sobre todo, tan fresca, me preocupa que no tengan recursos para sacar a toda la familia adelante. Se está retrasando la fructificación de muchas plantas, sobre todo gramíneas,esas con espiguitas y semillas que tanto le gustan al verderón, así como la menor cantidad de insectos.
Para compensar esto, les hemos puesto cerca del nido un puñado de cebada, para ayudar a estos padres tan generosos que han decidido criar en nuestra puerta, permitiéndonos disfrutar del nacimiento de nuevas vidas salvajes, minuto a minuto.